jueves, agosto 31, 2006

La mujer del César y la infidelidad del político

Comprendo que aún estamos en verano y muchos pucheritos están de vacaciones, por lo que aún no me preocupo de la falta de colaboración. Espero la vuelta de Juani con ansiedad, pues sé que encontraré en él a un incansable trabajador.
Todo aquel que desee publicar un tema nuevo, no tiene más remitírmelo por e-milio a el-vibora@terra.es
De momento, el único colaborador es el Negrito, por lo que no tengo que esforzarme mucho en elegir qué comentarios publicar, aquí va uno nuevo:
"Dice un antiguo proverbio latino que la mujer del César no sólo ha de ser honesta, si no que además ha de parecerlo. Creo que esta máxima debería estar grabada en la presidencia del congreso, del senado y de cualquier institución pública. Nos hemos vuelto tan legalistas y demócratas que cuando un político es acusado de cohecho, malversación o cualquier otro delito contra los intereses públicos, rápidamente se cierran filas (los del mismo partido, naturalmente) y se arguye que: "hasta que un juez dicte sentencia hay que mantener la presunción de inocencia".
Pues yo opino que no. Si un juez ha encontrado suficientes motivos para acusar a un servidor público por no cumplir sus obligaciones, debe dimitir inmediatamente o de lo contrario ser eliminado de cualquier cargo o responsabilidad no ya pública, si no política del propio partido. ësa es la auténtica responsabilidad política, si esperamos a la sentencia de un juez, eso ya es responsabilidad penal.
El político no sólo ha de ser honrado, si no además parecerlo.
Por otro lado, hace algunos años, dialogando con un inglés salió el tema de los políticos que son infieles a sus esposas. Yo, liberal y democrático como todo español de pro, acusé a su pueblo de puritano, pues a un político infiel en su matrimonio le obligaban a dimitir, cuando la vida personal del político no debe influir en la labor pública, siempre que ésta última la desarrolle bien.
Sin embargo, su respuesta me hizo pensar mucho. Su argumento fue el siguiente: "Si un político, como persona, es incapaz de mantener la promesa de fidelidad a su esposa, que por otro lado es la promesa más importante de su vida, ¿cómo se puede esperar que sea fiel a los votantes, a quienes no conoce de nada y quienes le importan mucho menos que su esposa?".
Y finalmente no he tenido más remedio que darle la razón. Si una persona no es capaz de mantener las promesas realizadas a los seres que quiere, las que me haga a mí como político no tienen fiabilidad ninguna.
El día que los españoles maduremos en esto de la democracia, no permitiremos que un político sea acusado por cualquier delito, le sea infiel a su esposa o arruine sus relaciones personales sin que ésto acabe con su vida política y la del que le nombró.
Cuando oigo la noticia de que un político, extranjero por supuesto, al ser pillado en conductas deshonrosas se ha suicidado, me entra una envidia por el cuerpo...
Por cierto, hoy mismo he oido que en Cataluña alguien ha dimitido por un error cometido por su organismo en el tema de las adopciones en el Congo. Joder, y pensar que en Andalucía al que se equivoca lo ascienden."

Hay que ver lo que se debe aburrir el Negrito para pensar tanto. Saludos a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que el ser infiel en la vida privada de un político influya en sus votantes. Estos obtendrán lo mismo puesto que el político es fiel a la-s empresa-s a la-s que se vende y le traen al fresco sus votantes. Que se descubra la identidad de un político infiel es bueno, (si no es capaz ni de engañar a su esposa al final los votantes descubrirán sus mentiras).

Jordao.

Anónimo dijo...

Seguro que un político corrupto oculta mucho menos las infidelidades a su esposa que los desfalcos y cohechos.
Total, con su mujer sólo se juega la custodia de los hijos, mientras que con lo otro se juega el chalet, el yate, el deportivo y la jubilación.
Lo malo, es que si de los políticos españoles quitas a todos los que ahn sido infieles alguna vez, lo único que nos queda es votar a un soltero.
Er Negrito